jueves, 17 de diciembre de 2009

EPÍSTOLA GENERAL DE BARNABÁS

[Barnabás fue predicador y compañero de Pablo. Su Epístola tiene una autoridad canónica mucho mayor que otras. La han citado Clemente de Alejandría, Orígenes, Eusebio y Jerónimo, entre muchos otros Padres antiguos. Cotelerius afirma que Orígenes y Jerónimo pensaban que era genuina y canónica; pero el propio Cotelerius no creía que fuera ni una cosa ni la otra; es más, supone que fue escrita para los ebionitas (los judíos cristianizados), que eran firmes practicantes de ritos y ceremonias. El obispo Fell temía tener precisamente lo que parecía estar convencido que debía ser tratado con el mismo respeto que muchos de los libros del canon actual. El Dr. Bemard, profesor Savilian en Oxford, no sólo creía que fuera genuina, sino que era leída en las iglesias de Alejandría, igual que las escrituras canónicas. Dodweil conjeturaba que había sido publicada antes que la Epístola de Judas y las escrituras de los dos Juanes. Vossius, Dupuis, Dr, Cañe, Dr, Mili, Dr. S. Ciark, Whiston, y el arzobispo Wake también la consideraban verdadera: Menardo, el arzobispo Laúd, Spanheim, entre otros, la juzgaron apócrifa.]

CAP.I.

Prefacio a la Epístola.

TODA la felicidad os deseo, hijos míos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que nos quiso, en paz.

2 Viendo un gran conocimiento de las importantes1 y excelentes2 leyes de Dios en vosotros, me alegro sumamente por vuestras benditas y admirables3 almas, porque habéis recibido merecidamente la gracia que os ha sido4 concedida,

3 Lo cual me llena de alegría, con la esperanza de la salvación5; pues veo realmente un espíritu insuflado en vosotros. de la fuente6 pura de Dios:

4 Con esta creencia, y totalmente convencido de ella, porque desde que he empezado a hablar con vosotros, he tenido un éxito más que ordinario en el camino7 de la ley del Señor que está en Cristo.

5 Por lo cual 8, hermanos, en verdad pienso también que os quiero por encima de mi alma: porque ahí vive la grandeza de la fe y la caridad, además de la esperanza de la vida que ha de venir,

6 Por lo que considerando que si pongo cuidado en comunicaros una parte de lo que yo he recibido, se me recompensará9 por haber servido a unas almas tan buenas; me he tomado la molestia de escribiros unas cuantas líneas; que junto con vuestra fe10, puede que completen vuestro conocimiento.

7 Así, existen tres11 cosas que el Señor ha ordenado; la esperanza de la vida12; su principio y su fin.

8 Pues el Señor nos ha explicado, a través de los profetas, los hechos13 pasados; y nos ha14 expuesto los principios de los venideros.

9 Por tanto, a nosotros nos corresponderá, como nos15 ha dicho, ir hacia él16 más santamente, y acercarnos a su altar.

10 Yo, por tanto, no como profesor, sino como uno17 de vosotros, intentaré mostraros unas cuantas cosas gracias a las cuales estaréis18, en muchos sentidos. muy contentos.

CAP. II.

Que Dios ha abolido los sacrificios por ley para presentar la justicia espiritual del Evangelio.

CONSIDERANDO que cada día hay más maldad, y que el adversario tiene el poder del mundo19 actual debemos dedicamos con más diligencia a investigar en los juicios20 justos del Señor.

2 21 Y los ayudantes de nuestra fe son el temor y la paciencia; nuestros compañeros de batalla, la resignación y la continencia.

3 Mientras se mantengan puros en lo relacionado con el Señor, la sabiduría, y el entendimiento, y la ciencia, y el conocimiento, se regocijan con ellos.

4 Pues Dios nos ha manifestado a través de los profetas, que no hay motivo para nuestros sacrificios, u holocaustos, u oblaciones: diciendo22; ¿Por qué razón me ofrecéis tantos sacrificios? Dijo el Señor.

5 Estoy harto de los holocaustos de cameros, y de la grasa de23 animales cebados; y no me gusta la sangre de bueyes ni de machos cabrios.

6 24 Cuando os presentáis ante mí, ¿quién os ha pedido que traigáis esas cosas? No piséis más mis atrios.

7 No traigáis más ofrendas vanas, detesto el incienso; vuestros novilunios y los sabbaths; dejad de celebrar asambleas, son espantosas, incluso las reuniones solemnes; vuestros novilunios y fiestas sagradas mi alma los odia.

8 Todas estas cosas, por tanto, ha abolido Dios, para que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, sin el yugo de tales necesidades, cuente únicamente con la ofrenda espiritual de los propios hombres.

9 Pues el Señor también les dijo a los antepasados25; ¿Acaso les di algún precepto a vuestros padres cuando salieron de Egipto respecto a holocaustos?

10 El único precepto que les di fue26. Que ninguno de vosotros conciba ninguna maldad en vuestro corazón contra su vecino, ni haga ningún falso juramento.

11 Pues no nos falta entendimiento, y debemos seguir los designios27 de nuestro Padre misericordioso. Pues se dirige a nosotros para que los que hemos cometido ese error respecto a los sacrificios busquemos y encontremos la manera de acercamos a él.

12 Y por tanto nos da las siguientes indicaciones28, El sacrificio de Dios (es un espíritu arrepentido,) Dios no despreciará un corazón arrepentido y contrito.

13 Por tanto, hermanos, debemos buscar diligentemente aquellas cosas que nos proporcionarán la salvación, para que el adversario no encuentre una entrada hacia nosotros y nos prive de nuestra vida espiritual.

14 Y también, hermanos, les dijo, respecto a esto29; No tenéis que ayunar como hacéis este día para que vuestra voz se oiga en las alturas.

15 ¿Acaso he impuesto yo este ayuno? ¿Un día en que el hombre aflija su alma?30 ¿en el que baje la cabeza como un junco, y que se vista de saco negro y se eche en las cenizas? ¿Consideráis esto un ayuno, y un día agradable para el señor?

16 Y nos dijo lo siguiente31. ¿No es este el ayuno que yo he escogido, que desatéis las cuerdas de los presos injustamente, que liberéis de las pesadas cargas y dejéis libres a los oprimidos, y que rompáis lodos los yugos?

17 32 ¿O que compartáis el pan con los que pasan hambre, y que acojáis en vuestra casa a los pobres sin hogar? Cuando veáis a alguien desnudo, vestidlo. no huyáis de vuestra propia carne,

18 33 Entonces brillará vuestra luz como la de la mañana, y recuperaréis la salud inmediatamente; y vuestra justicia os precederá, la gloria del Señor será vuestra recompensa.

19 34 Entonces invocaréis al Señor y él responderá; lo llamaréis y él dirá. Aquí estoy. Si apartáis de vosotros los yugos, no señaláis con el dedo, ni os vanagloriáis35: y si dais vuestra alma al hambriento; y satisfacéis a los afligidos.

20 Así por tanto, hermanos; ha demostrado Dios su36 previsión y su amor por nosotros; porque el pueblo que ha buscado para su querido Hijo debía creer con37 sinceridad; Y por tanto nos ha mostrado estas cosas a todos nosotros, para que no corramos como prosélitos hacia38 la ley judía.

cap. III.

Las profecías de Daniel respecto a los diez reyes y la venida de Cristo.

POR tanto es necesario que examinando diligentemente aquellas39 cosas que ocurrirán próximamente, os escribamos lo que sirva para manteneros intactos.

2 Para lo cual, alejémonos de toda mala obra y repudiemos los errores del presente, para que seamos40 felices en lo que ha de venir:

3 No discutamos con injustos y pecadores; no sea que acabemos pareciéndonos a ellos,

4 Pues la consumación del41 pecado vendrá, corno está escrito y dice el profeta Daniel. Y para ello ha acortado el Señor las horas y los días, para que su amado pueda adelantar su venida a sus sucesores,

5 Porque esto dijo el profeta42; Reinarán diez reyes en el corazón, y después subirá otro más pequeño y humillará a tres reyes,

6 Y dice también Daniel respecto a los reinos43; y vi a la cuarta bestia terrible y espantosa, y sumamente fuerte; y con tres cuernos44. Y al mirarlos, vi que entre ellos surgía otro más pequeño, que arrancó a otros tres de raíz.

7 Debemos entender, por tanto, también lo siguiente: Y os ruego como uno de vuestros propios hermanos, queriéndoos más que a mi vida, que cuidéis bien de vosotros, y no os parezcáis a aquellos que45 cometen pecado tras pecado y dicen: que su alianza es también la nuestra. No, es sólo suya: pues han perdido para siempre la que recibió Moisés.

8 Porque así dicen las Escrituras: Y Moisés ayunó cuarenta días y cuarenta noches en el Monte; y recibió la alianza del Señor, con las dos tablas de piedra, escritas por la mano de Dios.

9 Pero al darse a los ídolos la perdieron; puesto que el Señor también le dijo a Moisés; Moisés46, baja deprisa de aquí, porque tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto, se ha pervertido, y se ha desviado del camino que yo les había marcado47. Y Moisés dejó caer las dos tablas: y su alianza se rompió; que el amor de Jesús se selle en vuestros corazones, por la esperanza de su fe.

10 Por tanto vigilemos hasta en los últimos días. Pues todo el48 tiempo pasado de nuestra vida, y nuestra fe. No nos resultará de ningún provecho; a menos que sigamos odiando el mal, y resistiendo las tentaciones futuras- Así el Hijo de Dios nos dice; Resistamos toda iniquidad y odiémosla,

11 Por tanto tened en cuenta las acciones del mal camino49. No os separéis de los demás, como si ya estuvierais justificados; sino reunidos en un mismo lugar, procurad lo que sea mejor y tenga mayor provecho para los amados de Dios. Porque dicen tas Escrituras50; Pobres de aquellos que son sabios a sus propios ojos, y prudentes según su visión.

12 Convirtámonos espiritualmente en el templo perfecto para Dios. Meditemos en el temor de Dios tanto como nos sea posible; y esforcémonos al máximo para cumplir con sus preceptos; y alegramos así en su juicio justo.

13 Pues Dios Juzgará al mundo sin tener en cuenta a las personas; y cada uno recibirá según sus obras.

14 Si un hombre es bueno, su bondad le precederá; si es malvado, la recompensa a su maldad le seguirá.

15 Tenedlo en cuenta, por tanto, no sea que quedándonos sentados, a la hora en que seamos llamados, nos quedemos dormidos en nuestros pecados; Y el mal nos domine, nos impulse51, y nos deje mera del reino del Señor.

16 Tened en cuenta también lo siguiente: aunque hayáis visto llevar a cabo al pueblo judío unos signos y unas maravillas tan grandes, a pesar de eso, el Señor los ha abandonado.

17 Cuidado, por tanto, no nos vaya a pasar a nosotros lo que está escrito52. Muchos serán llamados, pocos los escogidos.

CAP. IV.

Que Cristo estaba destinado a sufrir: probado gracias a las profecías respecto a él.

POR esta razón se ofreció nuestro Señor a dar su cuerpo a la destrucción, para que por el perdón de nuestros pecados fuéramos santificados; es decir, por su sangre derramada.

2 Y por lo que respecta a las historias escritas sobre él, algunas pertenecen al pueblo judío y otras a nosotros.

3 Porque así dicen las Escrituras53: Fue herido por nuestras faltas, magullado por nuestras iniquidades, y por su sangre nos hemos curado. Fue llevado como un cordero al matadero; e igual que una oveja se queda muda ante su esquilador, él no abrió la boca.

4 Por tanto, debemos dar aún más las gracias a Dios, porque nos ha explicado lo que ha pasado, y54 nos ha permitido comprender todo aquello que ha de venir.

5 Pero a ellos les dijo55; No se construyen los nidos en vano para los pájaros.

6 Esto lo dijo, porque un hombre morirá justamente si, teniendo conocimiento del camino de la verdad, no se abstiene, no obstante, del camino de las tinieblas,

7 Y por eso el Señor estaba contento de sufrir por nuestras almas, pese a ser el Señor de toda la tierra; a quien Dios le dijo antes del principio del mundo56, Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

8 Y cómo sufrió por nosotros, sabiendo que era por los hombres por quien lo padecía57, os lo mostraré, 9 Los profetas, habiendo recibido de él el don de la profecía, predijeron respecto a él:

10 Pero él. que abolirá la muerte, y dará a conocer la resurrección de los muertos, estaba contento, pues era lógico, encarnarse para cumplir la promesa hecha a nuestros padres, y preparándose un pueblo nuevo, demostrarle mientras estaba en la tierra, que tras la resurrección juzgaría el mundo,

11 Y al fin, enseñando al pueblo de Israel, y llevando a cabo muchos milagros y señales delante de ellos, predicó, y mostró el amor supremo que les profesaba,

12 Y al escoger a sus apóstoles, que más tarde publicarían su Evangelio, eligió a hombres que habían sido grandes pecadores; para demostrar58, Que no había venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, al arrepentimiento.

13 Luego declaró abiertamente ser el Hijo de Dios. Pues si no se hubiera encarnado ¿cómo se habrían dirigido a él para que les salvara?

14 Considerando que si contemplaban únicamente el sol, que era una obra hecha con sus manos, y dejaran de ser después, no serían capaces de soportar firmemente mirando sus rayos.

15 Por tanto, el Hijo de Dios se encarnó por esa razón, para llenar la medida de su iniquidad, a aquellos que han perseguido a sus profetas hasta la muerte. Y por la misma razón también sufrió,

16 Pues Dios había dicho de los azotes59 de su carne, que eran de ellos. Y, golpearé60 al pastor y las ovejas del rebaño se esparcirán.

17 Así sufrió, porque le correspondía sufrir en la cruz.

18 Pues lo siguiente dijo alguien, profetizando respecto a él61; Perdona mi alma de la espada. Y también. Atraviesa mi carne con tu miedo.

19 Y también, la congregación de obradores del mal se levantó contra mí62, (Me han atravesado manos y pies)

20 Y también dijo, Les ofrecí la espalda a los que me azotaban63, y la cara como una roca

CAP. V.

Continuación.

Y cuando había cumplido las órdenes de Dios. ¿Qué le dijo?64 ¿Quién quiere contender conmigo? Que se ponga frente a mí: o ¿quién quiere acusarme? Que se acerque al siervo del Señor. ¡Pobres de vosotros65 Porque envejeceréis como una pieza de ropa las polillas se os comerán!

2 Y también añadió el profeta66. Es considerado una piedra en el camino67. He aquí que pongo en los cimientos en Sión una piedra preciosa, una piedra angular de primera; una honrosa piedra- ¿Y qué más? Aquél que crea en él vivirá para siempre,

3 ¿Y entonces? ¿Se construye nuestra fe sobre una piedra? Dios no lo permita. Porque el Señor ha68 endurecido su carne contra el sufrimiento, y dice69, Me he convertido en roca sólida.

4 Y también dice el profeta70: La piedra que los constructores rechazaron ahora es la principal del ángulo. Y también dijo71; Este es el día importante y maravilloso que ha hecho el Señor72, Os explico todo esto lo más sencillamente posible para que lo entendáis73: Pues de hecho podría estar contento únicamente por morir por vosotros.

5 ¿Pero qué más dijo al profeta?74 El consejo de los injustos me rodeó75. Se acercaron a mí como abejas a la miel: y76 repartieron mis vestiduras.

6 E igual que nuestro Salvador había de encarnarse y sufrir, su pasión fue aquí predicha.

7 Pues así dice el profeta contra Israel77: Pobres de sus almas, porque han seguido un mal consejo contra ellos mismos, diciendo78, pongamos trampas al justo, porque no nos es de provecho.

8 Moisés les habló de la misma manera79; He aquí que dijo el Señor Dios; Ve a la tierra que juré a Abraham e Isaac, y Jacob, que os daría para que la poseyerais; una tierra rica donde fluye leche y miel.

9 Ahora vea cuál es el significado espiritual de esto80; Es como si hubieran dicho. Poned vuestra confianza en Jesús, que se manifestará a vosotros encarnado. Pues hombre es la tierra que sufre: en tanto que de la81 sustancia de la tierra fue formado Adán.

10 ¿Qué quiere decir, por tanto, con una tierra rica donde fluye leche y miel? Bendito sea nuestro Señor, que nos ha dado sabiduría y un corazón para comprender sus secretos. Pues así dice el profeta82, ¿Quién entiende las difíciles declaraciones del Señor83, sino el sabio e inteligente, y el que quiere a su Señor?

11 Así. Por tanto, nos ha renovado mediante la remisión de nuestros pecados, nos ha84 puesto otro marco, para que nuestras almas sean85 como las de los niños, nos forma de nuevo él mismo86 con el espíritu.

12 Pues esto dicen las Escrituras respecto a nosotros87, donde se reproduce la conversación entre Padre e Hijo88; Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que señoree sobre los animales de la tierra, y sobre las aves del cielo y los peces del mar.

13 Y cuando el Señor vio el hombre que había formado, y vio que estaba muy bien; dijo89, Creced y multiplicaos y llenad la tierra. Y esto le dijo a su hijo.

14 Ahora te enseñaré cómo nos hizo90 una nueva criatura, en los últimos días.

15 El Señor dijo91; He aquí que los últimos serán los primeros. Y el profeta dijo92, Id a la tierra donde fluye leche y miel, y señoreadla,

16 Así veis cómo fuimos formados de nuevo; como también dice a través de otro profeta93; He aquí que dijo el Señor, Sacaré de ellos, es decir, de aquellos que predijo el espíritu del Señor, esos corazones de piedra, y les daré un corazón de carne,

17 Porque estaba a punto de encarnarse y vivir en nosotros,

18 Pues, hermanos míos, la morada de nuestro corazón es un94 templo sagrado para el Señor- Pues también dijo el Señor95. ¿Dónde me presentaré ante el Señor mi Dios y seré glorificado?

19 Y él responde, te lo revelaré en la congregación entre mis hermanos; y te cantaré en la iglesia de los santos,

20 Por tanto somos nosotros a quien ha llevado a esa rica tierra.

21 96¿Y qué significa la leche y la miel? Pues igual que un niño se nutre primero con leche y después con miel; del mismo modo nosotros, vivos gracias a la creencia en sus promesas y en su palabra, viviremos y señorearemos la tierra.

22 Pues él ya lo previo, y dijo, creced y multiplicaos, y señoread sobre los peces, etc.

23 ¿Pero quién hay que pueda señorear sobre los animales salvajes, o los peces o las aves del cielo? Pues sabéis que señorear significa tener poder, y que un hombre debe estar por encima de lo que señorea.

24 Pero teniendo en cuenta que no tenemos este poder ahora, nos dice cuando lo tendremos, a saber, cuando seamos perfectos y nos haga herederos de la alianza del Señor.

CAP. VI.

El chivo expiatorio, claro ejemplo de esto.

VED mis queridos hijos, que el buen Dios nos ha explicado antes todas las cosas, para que sepamos a quién debemos dar siempre las gracias y alabar.

2 Por tanto, si el Hijo de Dios, que es el Señor de todos y vendrá a juzgar tanto a los vivos como a los muertos, ha sufrido, que por sus azotes vivamos: creamos que el Hijo de Dios no ha sufrido sino por nosotros. Y estando crucificado le dieron a beber vinagre y hiel.

3 Ved por tanto, cómo los sacerdotes del templo previeron esto también97: el Señor por sus preceptos, que fueron escritos, declaró que todo aquel que no ayunara el día señalado98 moriría la muerte; porque también un día ofreció él su99 cuerpo por nuestros pecados; y cumplió el ejemplo del00 Isaac, que fue ofrecido en el altar,

4 ¿Y qué es por tanto eso que dice a través del profeta?101 Y que coman del chivo que se ofrece el día de ayuno por todos sus pecados. Observad atentamente (hermanos mi os) que Iodos los sacerdotes sólo comen las entrañas, que no han sido lavadas con vinagre.

5 ¿Y por qué? Porque102 sé que de ahora en adelante cuando ofrezca mi carne por los pecados de otro pueblo, me daréis vinagre con hiel para beber; por tanto comed sólo vosotros, mientras el pueblo ayuna y se lamenta vestidos de saco negro sobre cenizas.

6 Y observad ahora cómo predijo que iba a sufrir por ellos.

7 103 Tomad, dijo, dos cabras buenas y del mismo peso, y presentadlas como ofrenda, y que el sumo sacerdote escoja una de ellas para un holocausto. ¿Y qué debéis hacer con la otra? Condenadla.

8 Pensad que esto parece una representación exacta de Jesús104. Y que toda la congregación le escupa, y le pinché; y ponedle lana roja alrededor de la cabeza, y llevadla de este modo al desierto.

9 Y una vez echo esto, aquel que le haya correspondido llevar a la cabra, que la conduzca al desierto105, y le quite la lana roja y la ponga en un arbusto con espinas, cuyos106 brotes nuevos acostumbramos a comer en el campo: pues el fruto del espino es dulce.

10 ¿Y qué propósito tienen estas ceremonias? Pensad; una se ofreció en el altar, la otra fue condenada.

11 ¿Y por qué fue coronada la que habían condenado? Porque ese día verán a Cristo con una prenda roja cubriendo su cuerpo; y dirán: ¿No es este al que crucificamos, después de despreciarlo, pincharlo y burlarnos de él? En verdad, es él, que dijo entonces. que era el Hijo de Dios,

12 107 Así se parecerá a lo que era en la tierra, por lo que los judíos deben hasta ahora tomar dos cabras buenas y del mismo peso. Para que cuando vean (a nuestro Salvador) venir después (de entre las nubes del cielo), se sorprendan del parecido de las cabras,

13 Por tanto108, veis aquí otro ejemplo de que Jesús sufriría por nosotros.

14 ¿Y qué significa entonces que pusieran la lana entre espinas?

15 Es también una metáfora de la expulsión de Jesús de la iglesia. Pues el que se lleve la lana roja debe superar muchas dificultades, porque aquel espino era muy afilado109. Así, dice Cristo, aquellos que me vean y vengan a mi reino, deben superar muchas penas y tribulaciones para llegar a mí.

CAP. VII

El novillo rojo, otra representación de Cristo.

PERO de qué110 suponéis que es representación, si fue ordenado111al pueblo de Israel, que las personas mayores que hubieran pecado debían ofrendar un novillo, y después de matarlo, quemarlo.

2 Y entonces algunos jóvenes debían coger las cenizas y guardarlas en recipientes; y atar un trozo de lana roja e hisopo a una vara, y salpicar con ella a cada una de las personas, que quedaría libre de pecado.

3 Considerad de qué modo es todo esto una112 metáfora para nosotros.

4 El novillo es Jesucristo: los impíos que debían ofrecerlo son los pecadores que le llevaron a la muerte: que después no tenían más que hacer con él; los pecadores ya no tienen el honor de seguir con él.

5 Pero los hombres que los rocían. Representan a los que nos piden el perdón de los pecados y la purificación del corazón, a quienes el Señor les dio autoridad para predicar su Evangelio: al principio eran doce113, que representaban a las doce tribus, ya que había doce tribus de Israel.

6 ¿Y por qué había tres jóvenes designados para rociarlos? Representaban a Abraham Isaac y Jacob, porque fueron importantes para Dios.

7 ¿Y por qué se pone la lana en una114 vara? Porque el reino de Jesús está basado en la cruz; y por tanto el que confíen en él, vivirá para siempre.

8 ¿Pero por qué se ponen juntos la lana y el hisopo? Para representar que en el reino de Cristo habrá días malos y horribles, en los que sin embargo seremos salvados; y115 porque aquel que tiene cualquier enfermedad en la carne debida a algún humor asqueroso se cura con hisopo.

9 Y aunque todas estas cosas nos son evidentes, para116 los judíos son obscuras; porque no escucharon la voz del Señor.

CAP.VIII.

De la circuncisión de las orejas; y cómo al instituir la circuncisión Abraham predijo místicamente el nombre de Cristo.

Y por tanto las Escrituras hablan también de nuestras orejas, que Dios ha circuncidado junto con nuestros corazones. Pues esto dijo el Señor a través de los santos profetas117: Al oírme me obedecen.

2 Y también118, Los que están a lo lejos oirán y entenderán lo que he hecho.

Y también119, Circuncidad vuestros corazones, dijo el Señor.

3 Y asimismo dijo120, ¡Escucha, oh, Israel! Pues esto dijo el Señor tu Dios. Y también profetizó el Espíritu de Dios121: Aquel que vivirá para siempre122, que oiga la voz de mi Hijo,

4 Y además123, ¡Escucha, oh, Cielo, y estate atenta, oh Tierra! Porque el Señor ha hablado.

5 Y también dijo124 Escuchad la palabra del Señor, príncipes del pueblo, Y también125, ¡Escuchad, oh, hijos, la voz del que grita en el desierto!

6 Por tanto ha circuncidado nuestras orejas para que oigamos su palabra y creamos. Pero la circuncisión en la que creen los judíos ha sido abolida. Pues la circuncisión de la que Dios habló no era de la carne;

7 Sin embargo han transgredido sus preceptos, porque el maligno126 les ha engañado. Pues así se dirigió Dios a ellos127; Esto dijo el Señor nuestro Dios (Aquí Veo la nueva ley) No sembréis entre espigas; circuncidaos al Señor vuestro Dios, ¿Y qué quiere decir con eso? Escuchad a vuestro Señor.

8 Y también dijo128. Circuncidad la dureza de vuestro corazón y no endurezcáis vuestra garganta. Y también129, He aquí, dijo el Señor, que ninguna nación esta circuncidada, (siguen teniendo el prepucio): pero este pueblo tiene sin circuncidar el corazón.

9 Y vosotros diréis130 para los judíos la circuncisión es una señal131. Y también para los sirios y los árabes, y para todos los sacerdotes idólatras: pero ¿pertenecen ellos a la alianza de Israel? Incluso los egipcios se circuncidan.

10 Pensad más detenidamente, por tanto, estas cosas, hijos, que Abraham, que fue el que introdujo la circuncisión, esperando a Jesús en el Espíritu, circuncidó, tras recibir el misterio de las tres letras.

11 Pues dicen las Escrituras que Abraham circuncidó a trescientos dieciocho hombres de su familia132. ¿Pero cuál es el misterio que le fue dado a conocer?

12 A saber, primero el dieciocho, y después el trescientos. Pues las letras numerales de diez y ocho son I H. Y éstas denotan a Jesús.

13 Y porque por la cruz encontraríamos la gracia; por tanto añade trescientos; cuya marca es la T (la figura de la cruz) Por tanto con dos letras representó a Jesús, y con la tercera su cruz.

14 El que ha introducido el don en su doctrina para nosotros sabe que nunca he enseñado a nadie una verdad más133real; y confío que seréis dignos de ella,

CAP. IX.

Que los preceptos de Moisés respecto a los animales puros e impuros, etc., tenían todos un significado espiritual.

¿Y por qué dijo Moisés134 No comáis cerdo, ni tampoco águila o halcón, ni cuervo, ni cualquier pescado que no tenga escamas? La respuesta es que en sentido espiritual incluye tres doctrinas, que se han de135 extraer de ahí,

2 Además de lo cual les dice en el libro de Deuteronomio, Y daré mis leyes a este pueblo. Entre las cuales no se encuentra el mandamiento de Dios de que no coman esas cosas; sino que Moisés las dijo en el espíritu.

3 Y les prohibió comer cerda; que significa lo siguiente; no debéis uniros a aquellas personas que son como puercos; que mientras viven en el placer, olvidan a su Dios; pero en cuanto la escasez les acecha, entonces conocen al Señor; igual que la cerda cuando está llena no conoce a su amo; pero cuando siente hambre arma un escándalo; y de nuevo satisfecha, calla.

4 Tampoco comáis águila, dice, ni halcón, ni azor, ni cuervo; es decir, no vayáis con esos hombres que no saben ganarse el pan con su trabajo y su sudor: sino que perniciosamente roban las cosas de otros; Y procuran ponerles trampas; mientras que parecen vivir de un modo totalmente inocente.

5 (Igual136 que esas aves no buscan comida por ellas mismas, sino que) sentadas perezosamente buscan cómo comer de la carne que otros se han procurado; son destructivas por su maldad.

6 Tampoco, dice, comáis lamprea, ni pulpo, ni jibia; es decir, no os parezcáis a esos hombres por hablar con ellos; que son injustos y están condenados a muerte. Porque también esos peces están condenados y se revuelcan en él lodo, y no nadan como otros peces, sino que se restriegan en el barro en el fondo de los mares.

7 Y añade, tampoco comáis liebre. ¿Por qué razón? —Para que lo entendamos; No cometáis adulterio; ni os comparéis con esas personas. Pues la liebre multiplica todos los años los lugares de concepción; y tantos años vive, tantos tiene,

8 Ni comáis hiena; es decir, de nuevo, no cometáis adulterio, ni corrompáis a otros; ni os equiparéis a las personas que lo hacen. ¿Y por qué? —Porque esa criatura cambia cada año de acompañante, algunas veces macho y algunas veces hembra.

9 Y por la misma razón desprecia con razón a la comadreja; a fin de que no se parezcan a esas personas que con la boca pecan a causa de su impureza; ni se unan a las mujeres impuras que pecan con la boca. Porque ese animal concibe a través de la boca.

10 Moisés, por tanto, al hablar de las carnes, les expuso tres grandes preceptos con el significado espiritual de esos mandamientos. Pero ellos, de acuerdo con los deseos del cuerpo, le entendieron como si únicamente se refiriera a las carnes.

11 Pero David entendió correctamente estos tres preceptos, y dijo asimismo.

12 Bienaventurado aquel que no ha seguido el camino del impío; igual que los peces antes mencionados en el fondo de las profundidades en las tinieblas.

13 Ni ha seguido el camino de los pecadores, como aquellos que parecen temer al Señor, y aún así pecan, como la cerda.

14 Ni se ha sentado en el asiento de los desdeñosos; como aquellas aves que se sientan a ver qué van a devorar.

15 Aquí tenéis la ley de la carne perfectamente explicada, y de acuerdo con su verdadero significado,

16 Pero, dice Moisés, comeréis todo aquello que tenga la pezuña dividida y rumie. Es decir, aquel que habiendo comido, sepa quién le ha dado de comer; y descansando sobre él, en él se regocije.

17 Y en eso decía la verdad, teniendo en cuenta la ley. ¿Y qué es, entonces, lo que dice? —Que debemos aferramos a aquellos que temen al Señor; y a aquellos que meditan sobre el mandamiento de la palabra que han recibido en su corazón; y a aquellos que explican la justicia del Señor, y cumplen sus preceptos;

18 En resumen, a aquellos que saben que meditar es un trabajo placentero, y por tanto se ejercitan en la palabra del Señor.

19 ¿Pero por qué deben comer a aquellos que tienen la pezuña partida? —Porque el justo vive en este mundo; pero sus expectativas están fijadas en el otro. Observad, hermanos, de qué modo tan admirable sentó Moisés sus preceptos.

20 ¿Y cómo debemos aprender todo esto, y entenderlo? Nosotros, al comprender correctamente los mandamientos, hablaremos como el Señor lo haría. Por tanto, ha circuncidado nuestras orejas y nuestros corazones para que comprendamos estas cosas.

CAP.X.

El bautismo y la cruz de Cristo profetizados en imágenes en la ley.

VEAMOS ahora si el Señor manifestó alguna cosa de antemano respecto al agua y la cruz.

2 En cuanto a la primera de ellas, está escrito al pueblo de Israel que no recibieran ese bautismo que lleva al perdón de los pecados; sino que instituyeran otro para aquellos que no pudieran recibirlo.

3 Pues así dijo el profeta137 ¡Asómbrate, oh, cielo! Y que tiemble la tierra, porque este pueblo ha cometido dos grandes males; me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y se han excavado cisternas rajadas que no retienen el agua.

4 ¿Es mi montaña sagrada un138 Sión, un desierto desolado? —Pues139 seréis como una joven ave cuando se llevan su nido.

5 Y también dijo el profeta140. Yo iré delante de ti, y te allanaré los montes, y romperé las puertas de bronce, y partiré en dos las barras de hierro; y te daré tesoros ocultos, escondidos e invisibles, para que sepas que yo soy el Señor Dios,

6 Y también: Vivirá en141 las alturas de la roca firme. Y luego, ¿qué sigue en el mismo profeta? Su agua es sagrada; veréis al rey en su gloria, y vuestra alma conocerá el temor del Señor.

7 Y también dijo en otro profeta: Aquel que haga estol42 será como un árbol plantado junto al agua, que da fruto cuando llega la estación. Y sus hojas nunca se marchitan, y todo lo que haga prosperará,

8 No ocurrirá lo mismo con los injustos; porque son como el polvo de la tierra que el viento esparce.

9 Por tanto los impíos no estarán en el juicio, ni los pecadores en el consejo de los justos. Pues el Señor conoce el camino de los justos, pero el camino de los injustos muere.

10 Considerad cómo ha unido la cruz y el agua,

11 Y dijo así: Bienaventurados los que ponen su confianza en la cruz, entran en el agua; porque recibirán su recompensa a su debido tiempo; entonces, dice, se la daré.

12 Pero en lo que al presente respecta, dijo, sus hojas no se caerán; es decir, que cualquier palabra que salga de vuestra boca, servirá por la fe y la caridad para la conversión y esperanza de muchos,

13 Y así habla otro profet143. Y la tierra de Jacob era el orgullo de toda la tierral44; magnificando así145 el continente de su espíritu,

14 ¿Y qué sigue? —Y había un río que corría a la derecha, y árboles frondosos crecían junto a él: y aquel que comiera de ellos viviría para siempre. Lo cual significa lo siguiente: que nos sumergimos en el agua llena de pecado y corrupción: pero volvemos a salir, portando fruto; con el temor y la esperanza de Cristo en nuestros corazones, gracias al espíritu. Y quienquiera que coma de ellos, vivirá para siempre.

15 Es decir, todo aquel que escuche a quien le llama y crea, vivirá para siempre.

CAP. XI.

Continuación.

DE la misma manera designa la cruz en146 otro profeta, diciendo: ¿Y cuándo se cumplirá todo eso?

2 El Señor responde; Cuando el árbol caído se levante, y la sangre caiga del árbol. Aquí tenéis de nuevo una mención, tanto a la cruz, como a aquél que iba a ser crucificado en ella.

3 147 Y también dijo a través de Moisés; (cuando Israel luchó y fue vencida por extranjeros; con el fin de que Dios les inculcara148 que por sus pecados serian llevados a la muerte) si, el espíritu santo puso en el corazón de Moisés la representación tanto de la señal de la cruz como de aquél destinado a sufrir; para que supieran que si no creían en él, serían vencidos para siempre.

4 Moisés, asi149, apiló coraza sobre coraza en medio de un montículo, y subiéndose encima de ellas, extendió los brazos y así reconquistó Israel.

5 Pero apenas hubo bajado las manos, cayeron muertos nuevamente. ¿Y por qué? —Para que se dieran cuenta de que, a menos que confiaran en él, no se salvarían.

6 Y en otro profeta dice150. He extendido mis manos todo el día a un pueblo desobediente, que va en contra de mi buen camino,

7 Y también hace Moisés otra151 representación de Jesús, para mostrar que había de morir, y que él, al que creerían muerto, daría vida a otros; en152 representación del53 los que cayeron en Israel.

8 Pues Dios hizo que les mordieran toda clase de serpientes y murieran; en tanto que debido a una serpiente comenzó el pecado en Eva: para así convencerlos que por sus pecados serían llevados al dolor de la muerte,

9 Entonces, el propio Moisés, que les había ordenado154. No os construiréis ninguna imagen tallada o de metal, para que sea vuestro Dios; y la hizo él mismo para que representara la figura del Señor Jesús.

10 Y construyó una serpiente de bronce, y la puso en alto, y convocó a la gente con una proclamación; y al llegar, le rogaron a Moisés que hiciera una expiación por ellos, y rezara para que se curaran.

11 Entonces Moisés se dirigió a ellos, diciendo: si alguno de vosotros es mordido, que venga a la serpiente que está sobre el poste; y que confíe ciegamente en él, que aunque está muerto, tiene el poder de dar vida, e inmediatamente se salvará; y así lo hicieron. Veis aquí, por tanto, otro ejemplo de la gloria de Jesús; y que155 en él y por él son todas las cosas.

12 Asimismo; Qué dice Moisés a Jesús, el hijo de Nun, cuando le dio ese nombre, al ser profeta al que todo el pueblo oiría156, porque el padre manifestó todo lo que concernía a su hijo Jesús, en157 Jesús Hijo de Nun; y le dio ese nombre cuando le envió a espiar las tierras de Canán158; dijo; Toma un libro en tus manos, y escribe lo que el Señor te diga: Que Jesús el Hijo de Dios cortará en los últimos días de raíz toda la casa de Amalee. Ved aquí de nuevo a Jesús, no el hijo del hombre, sino el Hijo de Dios, manifiesto en espíritu y en la carne,

13 Y puesto que de aquí en adelante se dice que Cristo era el Hijo de David159; David temiendo y conociendo bien los errores de los injustos, dice160; el Señor le dijo a mi Señor, siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos tu escabel.

14 Y también Isaías habló a este respecto. El Señor le dijo a161 Cristo mi Señor, le tomé de la mano derecha, para someter a las naciones ante él, y derrocar a reyes.

15 He aquí cómo162 David e Isaías lo llaman Señor e Hijo de Dios.

CAP. XII.

La promesa de Dios hecha no sólo a los judíos, sino también a los gentiles, y cumplida por Jesucristo.

PERO vayamos más allá y veamos si ese pueblo es su heredero o lo son los primeros; y si la alianza es con nosotros o con ellos.

2 Y primero, escuchad lo que sobre ellos dicen las Escrituras.

3 163 Isaac rogó por su esposa Rebeca, porque era estéril; y concibió. Más tarde fue Rebeca a preguntarle al Señor,

4 Y el Señor le dijo; Hay dos naciones en tus entrañas, y dos pueblos surgirán de tu cuerpo; y una tendrá poder sobre la otra, y la mayor servirá a la menor. Pensad quién era Isaac; quién Rebeca; y de quién se predijo, este pueblo será mayor que aquél,

5 Y en otra profecía Jacob le habla más claramente a su hijo José, y le dice164; He aquí que el Señor no me ha privado de ver tu cara, tráeme a tus hijos que los bendeciré, Y le llevó a su padre a165 Manases y Efraín, esperando que bendijera a Manases, ya que era el mayor.

6 Por tanto, José lo puso a la derecha de su padre Jacob. Pero Jacob previo por el espíritu el pueblo que vendría.

7 ¿Y qué dicen las Escrituras? Y Jacob cruzó las manos y puso su mano derecha sobre Efraín, su segundo hijo y el más joven, y lo bendijo. Y José le dijo a Jacob; Pon tu mano derecha sobre la cabeza de Manases, pues él es el primogénito. Y Jacob le respondió a José; Lo sé, hijo mío, lo sé, pero el mayor servirá al menor; aunque también él será bendecido.

8 Veis, pues, a quién designó para que fuera el primer pueblo, y heredero de la alianza.

9 Si Dios hubiera insistido en esto también a través de Abraham; nuestro entendimiento estaría perfectamente establecido.

10 ¿Y qué dicen las Escrituras respecto a Abraham, cuando166 creyó y le fue imputado como justicia? He aquí que te he nombrado padre de las naciones, que sin circuncisión creen en el Señor.

11 Veamos ahora si el Señor ha cumplido la alianza que juró a nuestros padres que les daría este pueblo. Si, en verdad, se lo dio: pero no eran dignos de recibirlo por culpa de sus pecados.

12 Pues esto dijo el profeta167: Y Moisés ayunó en el monte Sinaí. Para recibir la alianza del Señor con el pueblo, cuarenta días y cuarenta noches.

13 168 Y recibió del Señor dos tablas escritas por el dedo del Señor en el Espíritu. Y Moisés cuando las hubo recibido bajó para entregárselas al pueblo,

14 Y el Señor le dijo a Moisés169; Moisés, Moisés, baja deprisa de aquí, porque el pueblo que sacaste de la tierra de Egipto, se ha pervertido.

15 Y Moisés comprendió que habían construido una imagen de nuevo: y dejó caer las dos tablas; y las tablas de la alianza del Señor se rompieron. Moisés, por tanto, las recibió, pero no eran dignos,

16 Ahora ved cómo las recibimos. Moisés, un siervo, las tomó; y el Señor mismo nos las dio, para que seamos su pueblo heredero, y sufrió por nosotros.

17 Se hizo por tanto manifiesto que debían llenar la medida de sus pecados, y que haciéndonos él sus170 herederos, recibiríamos la alianza del Señor Jesús.

18 Y también dijo el profeta171; He aquí que te he designado como luz para los gentiles, para ser el 172 salvador

de los confines de la tierra, dice el Señor Dios que os ha redimido,

19 Que se preparó para tal fin, para con su encarnación redimir nuestros corazones, ya devorados por la muerte y llevados por la irregularidad del pecado, de las tinieblas; y establecer una alianza con nosotros por su palabra.

20 Porque así está escrito que el padre le ordenó al liberamos de las tinieblas que se preparase un pueblo santo,

21 Por tanto dijo el profeta173: Yo, el Señor, tu Dios, te he llamado con Justicia, y te lomaré de la mano y te fortaleceré, Y serás la alianza del pueblo luz para los gentiles174. Para abrirles los ojos a los ciegos, liberar a los presos de la cárcel, y a los que viven en la oscuridad, de su calabozo.

22 Considerad, pues, de qué hemos sido redimidos. Y también dijo el profeta175: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido: me ha enviado a predicar la buena nueva a los humildes; a curar a los de corazón roto; a predicar la remisión de los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; a proclamar el año de gracia del Señor y el día de la redención; para consolar a los que lloran.

CAP. XIII.

El sabbalh de los judíos no era más que una representación de un sabbath venidero más glorioso, y su templo, de los templos espirituales de Dios.

ASIMISMO está escrito respecto al sabbath en los Diez176 Mandamientos, que Dios entregó en el Monte Sinaí a Moisés177, en persona; Santifica el sabbath del Señor con las manos limpias y el corazón puro.

2 Y también dijo178: Si vuestros hijos respetan mis sabbaths, yo tendré compasión de ellos,

3 E incluso al principio de la creación menciona el sabbath119. Y Dios hizo en seis días su obra; y180 al séptimo día la había terminado, Y el séptimo día descansó, y lo santificó.

4 Pensad, hijos míos, qué significa esto, lo terminó en seis días. El significado es el siguiente; que en181 seis mil años el Señor Dios llevará todas las cosas a su fin.

5 Pues para él un día son mil anos; como él mismo afirmó, diciendo. He aquí que este día será como mil anos. Por tanto, hijos, en seis días, es decir, en seis mil años182, todas las cosas llegarán a su fin,

6 Y eso que afirma, Y el séptimo día descansó, quiere decir lo siguiente; que cuando venga su Hijo, y derroque el tiempo del183 Maligno, y juzgue a los impíos; y cambie el sol y la luna, y las estrellas; entonces descansará glorioso el séptimo día.

7 Y finalmente añade; Lo santificarás con manos limpias y corazón puro. Por tanto, nos engañamos si pensamos que cualquiera puede glorificar ese día que Dios ha hecho santo; sin tener el corazón puro en todas las cosas.

8 He aquí, por tanto, que lo santificará realmente con el bendito descanso, cuando nosotros (habiendo recibido la justa promesa, cuando la iniquidad deje de existir, y todas las cosas hayan sido renovadas por el Señor) podamos santificarlo, haciéndonos nosotros mismos santos antes.

9 Por último les dijo184: Detesto vuestros novilunios y los sabbaths. Pensad qué quiere decir con eso; los sabbaths que celebráis ahora, según dice, no son aceptables para mí, sino aquellos que yo he designado; y habiendo descansado de todas las cosas, comenzaré el185 día octavo, es decir, el principio del otro mundo.

10 Por lo cual vemos el octavo día con agrado, en el que Jesús se levantó de entre los muertos, y después de manifestarse a sus discípulos, ascendió al cielo.

11 Aún falta que os hable respecto al templo y cómo esos hombres miserables están equivocados y han puesto su confianza en el edificio186, y no en Dios mismo que los creó, como si fuera la morada de Dios.

12 Pues de igual manera que los gentiles, lo consagran en el templo,

13 Pero ved qué dijo el Señor, poniendo de manifiesto lo vano del templo187: ¿Quién ha medido el cielo con el palmo, y la tierra con la mano, sino yo? Esto dijo el Señor188, El cielo es mi trono, y la tierra tú escabel. ¿Qué casa me vais a edificar? ¿O cuál será el lugar de mi reposo? Sabed, así, que toda su esperanza es vana.

14 Y también dijo lo siguiente189: Sabed que los mismos que destruyen este templo lo construirán de nuevo. Y así sucedió; pues debido a sus guerras, sus enemigos lo destruyeron; y los sirvientes de sus enemigos lo reconstruyeron.

15 Además, era sabido que tanto la ciudad, como el templo y el pueblo de Israel se rendirían. Porque así dicen las Escrituras190; Y sucederá que en los últimos días el Señor dará a las ovejas de sus pastos, y su redil, y su torre a la destrucción. Y así ha ocurrido, tal como dijo el Señor,

16 Veamos, entonces, ¿hay algún templo de Dios? Si que lo hay; y es aquél que él mismo afirma que hará y terminará. Porque así está escrito; Y así será, cuando la semana haya terminado, el templo del Señor será gloriosamente construido en nombre del Señor.

17 Esto demuestra, por tanto, que existe un templo. ¿Pero cómo será construido en nombre del Señor? Veréis.

18 Antes de que creyéramos en Dios, [a morada de nuestro corazón era corruptible, y débil, como un templo construido realmente con las manos,

19 Pues era un edificio dedicado a la idolatría, una casa de demonios; en tanto que en ella sé hacia todo lo que es contrario a Dios. Pero se construirá en nombre del Señor,

20 Considerad cómo se construirá tan gloriosamente el templo del Señor; y por qué medios, pensad.

21 Al recibir la remisión de nuestros pecados, y creer en el nombre del Señor, nos hemos renovado, y hemos sido creados de nuevo, como los mimos al principio.

22 ¿Pero cómo habita en nosotros? La palabra de su fe, la llamada de su promesa, la sabiduría de su juicio justo, los preceptos de su doctrina; profetiza en nosotros, vive en nosotros, y nos abre a nosotros que estábamos sometidos a la muerte la puerta de nuestro191 templo, es decir, la boca de la sabiduría, habiéndonos dado el arrepentimiento; y de ese modo nos ha convertido en templo incorruptible.

23 Por tanto, aquél que quiere salvarse, mira no hacia el hombre, sino a aquél que vive en él y habla por él, maravillado, pues nunca había oído salir aquellas palabras de su boca, ni nunca las había escuchado.

24 Ese es el templo espiritual construido al Señor.

CAP. XIV.

Del camino de la luz; un resumen de lo que un cristiano debe hacer para alcanzar la felicidad eterna.

Y así, confió, os he explicado, con la mayor sencillez que he podido, todas aquellas cosas que contribuirán a vuestra salvación, sin omitir nada que sea necesario para ello.

2 Pero hablaré un poco más de las cosas que192 son y de las que han de venir, pues no las entenderíais, ya que están expresadas en forma de parábola. Baste esto, por tanto, en cuanto a estas cosas.

3 Vayamos ahora a otro tipo de conocimiento y doctrina. Hay dos caminos de doctrina y poder; el uno de luz, y el otro de oscuridad.

4 Pero hay mucha diferencia entre estos dos caminos; pues sobre uno rigen los193 ángeles de Dios, conductores del camino de la luz; sobre el otro, los ángeles de Satanás. Y uno es el Señor de la eternidad; y el otro es el príncipe del tiempo de la injusticia.

5 El camino de la luz es el siguiente, todo el que desee alcanzar el lugar que tiene asignado se apresurará a llegar mediante sus acciones. Y el conocimiento que nos han dado para seguirlo: Amarás a quien te ha creado: glorificarás a quien te ha redimido de la muerte -

6 Serás pobre en el corazón y rico de espíritu. No serás fiel a los que siguen el camino de la muerte. No querrás hacer nada que no agrade a Dios, Detestarás todo encubrimiento. No descuidarás ninguno de los mandamientos del Señor.

7 No te ensalzarás, serás humilde. No te llevarás para ti los honores. No participarás en ninguna acción contraria a tu prójimo. No serás confiado de corazón.

8 No cometerás fornicación ni adulterio. Ni te corromperás con la humanidad. No utilizarás la palabra de Dios para cualquier impureza.

9 No aceptarás a ninguna persona si recriminas sus faltas a los demás. Serás amable. Serás apacible. Te estremecerás ante las palabras que has oído. No guardarás ningún odio en el corazón contra tu hermano. No abrigarás ninguna duda sobre si será o no.

10 No usarás el nombre del Señor en vano. Amarás a tu prójimo por encima de tu propia alma,

11 No destruirás tus concepciones antes de que hayan salido; ni las macarás después de que hayan nacido.

12 No soltarás la mano de tu hijo ni de tu hija; sino que les instruirás desde la niñez en el temor de Dios.

13 No ansiarás los bienes de tu prójimo; ni194 extorsionarás. Ni se unirá tu corazón a hombres soberbios; sino que te contarán entre los justos y humildes. Sea lo que sea lo195 que te ocurra, lo tomarás por bueno.

14 No serás inconstante, ni hipócrita; pues la hipocresía es el cepo de la muerte. Debes someterte al Señor y a los maestros inferiores como representantes de Dios, con temor y reverencia.

15 No debes ser duro en tus órdenes hacia ninguno de tus sirvientes que confíen en Dios; no sea que no teínas a aquel que hay sobre los dos; porque él no vino a llamamos según la persona, sino a los que el espíritu había preparado.

16 Debes ofrecer a tu prójimo todo lo que tienes: no debes considerar nada de tu propiedad: pues si participas de todo aquello que es incorruptible, ¿cuánto menos de aquello que es corruptible?

17196 No hables sin pensar: pues la boca es la trampa de la muene197. Lucha con todas tus fuerzas por tu alma198, No extiendas tu mano para recibir, y no la retires cuando debas dar.

18 Amarás, como a la niña de tus ojos, a todo aquél que te hable la Palabra del Señor199, Trae a tu memoria, día y noche, el juicio futuro.

19 Buscarás todos los días a las personas200 justas: y tanto tenerlas en consideración como exhortar a otros con la palabra y meditar cómo podrías salvar un alma.

20 También trabajarás con las manos para dar a los pobres201, y que tus pecados sean perdonados. No pensarás si debes dar: ni, habiendo dado, rezongarás por ello.

21 Da a todo aquel que te pida; así sabrás quien te recompensa por tus regalos.

22 Guarda lo que has recibido; no debes ni añadir ni quitarle nada.

23 Mantente alejado siempre de los injustos. Juzgarás con justicia. No provocarás divisiones; Sino que procurarás la paz entre los que estén en desacuerdo y los acercarás.

24 Confesarás tus pecados; y no orarás con la conciencia manchada.

25 Éste es el camino de la luz.

CAP. XV.

Del camino de la oscuridad; es decir, qué clase de personas serán expulsadas para siempre del reino de Dios.

SIN embargo el camino de la oscuridad es sinuoso y lleno de maldiciones. Pues es el camino de la muerte eterna y el castigo; en el que los que lo siguen encuentran todo aquello que destruye sus almas.

2 A saber; idolatría, confianza- altivez de poder, hipocresía, inconstancia, adulterio, asesinato, usurpación, soberbia, faltas, engaño, malicia, arrogancia, brujería, codicia, y falta de temor de Dios.

3 Aquí caminan los que persiguen a los buenos; los que odian la verdad; los que aman las mentiras; los que no conocen la recompensa de la justicia, ni son fíeles a nada bueno.

4 Los que juzgan injustamente a la viuda y al huérfano; los que buscan la maldad y no el temor del Señor:

5 Los que viven apartados de la gentileza y la paciencia; los que aman la vanidad, y buscan recompensas; sin tener piedad de los pobres; ni compadecerse de los que soportan grandes cargas o están oprimidos.

6 Los malévolos de palabra, que no reconocen a quien les creó; asesinos de niños; corruptores de las criaturas de Dios: que les dan la espalda a los necesitados; oprimen a los afligidos; son abogados de los ricos, y jueces injustos de los pobres; los que son, en resumen, pecadores.

7 Es conveniente, por tanto, que aprendamos los justos preceptos del Señor, que hemos mencionado antes, y tos sigamos. Porque aquél que lo haga será glorificado en el reino de Dios,

8 Pero aquél que escoja el otro camino, será destruido, junto con sus obras. Por esta razón habrá una resurrección y un castigo.

9 Ruego a las personas destacadas de entre vosotros, (si fuera posible, que acepten el consejo que os ofrezco con mi mejor intención), tenéis con vosotros a quien podéis hacer bien; no los abandonéis.

10 Pues el día está próximo en que todas las cosas serán destruidas, junto con el maligno. El Señor está cerca, y su recompensa con él,

11 Os ruego, por tanto, una y otra vez, sed buenos jueces unos con los otros; sed fieles consejeros los unos con los otros; alejad de vosotros toda hipocresía,

12 Y que Dios, el Señor de todo el mundo, os dé sabiduría, conocimiento, consejo y entendimiento de sus juicios con paciencia.

13 Que Dios os enseñe; buscad lo que el Señor os pida y hacedlo; para que seáis salvados el día del juicio.

14 Y si hay entre vosotros algún vestigio de lo que es bueno, pensad en mí; meditad estas cosas, que tanto mi deseo como mi preocupación por vosotros convierten en un buen sermón.

15 Os ruego; os lo pido como un favor, que mientras os encontréis en este precioso302 tabernáculo del cuerpo, no faltéis a ninguna de estas cosas; Sino que las procuréis sin cesar, y cumpláis todos los mandamientos. Pues esta, cosas son apropiadas y dignas de hacer.

16 Por tanto os he escrito con la mayor diligencia, de acuerdo con mis posibilidades, para que os alegréis. Adiós, hijos, de amor y paz.

17 Que el Señor de la gloria y de toda la gracia esté con vuestro espíritu, Amén.

Fin de la Epístola de Barnabás, el Apóstol, y compañero de viaje de San Pablo el Apóstol.

Notas a la EPÍSTOLA GENERAL de BARNABÁS

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