sábado, 19 de diciembre de 2009

EPÍSTOLA JESUCRISTO Y ABGARÓN

REY DE EDESSA.

[El primer escritor que hace alguna mención de las Epístolas que sucedieron entre Jesucristo y Abgarón, es Eusebio, obispo de Cesárea, en Palestina, quien floreció a principios del siglo cuarto. Por su genuinidad, apela a los registros y recuerdos públicos de la ciudad de Edessa en Mesopotamia, donde reinaba Abgarón, y donde afirma que las encontró escritas, en la lengua siria. Publicó una traducción al griego de ellas, en su Historia Eclesiástica. El mundo culto ha estado muy dividido en este asunto; pero, aunque el erudito Grabe, junto con el arzobispo Cave, el Dr. Parker, y otros teólogos, hayan luchado enérgicamente por su admisión en el canon de las Escrituras, se consideran apócrifas. El reverendo Jeremías Jones observa que la gente común de Inglaterra tiene esta epístola en sus casas, en muchos lugares, fijada en un marco, con la figura de Cristo ante ella; y que generalmente, con mucha honestidad y devoción, la contemplan como la palabra de Dios, y la genuina Epístola de Cristo.]

CAP. I

Una copia de la carta escrita por el Rey Abgarón a Jesús, y enviada por medio de Ananías, su sirviente, hasta Jerusalén, 5 invitándole a Edessa.

ABGARÓN, rey de Edessa, para Jesús el buen Salvador, que aparece en Jerusalén, un saludo.

2 He sido informado respecto a ti y a tus curas, que son realizadas sin el uso de medicinas ni hierbas.

3 Y se cuenta, que haces que los ciegos vuelvan a ver, que los cojos vuelvan a andar, y tanto limpias a leprosos como ahuyentas a los espíritus impuros y demonios, y les devuelves la salud a los que han estado enfermos durante tiempo, y haces que los muertos se levanten;

4 Todo lo cual, cuando lo escuché, creí una de estas cosas siguientes: O bien eres Dios en persona que ha bajado de los cielos, y hace estas cosas, o bien eres el hijo de Dios.

5 Y por esta razón, por lo tanto, te he escrito, para desear sinceramente que le tomes la molestia de viajar hasta aquí, y sanar una enfermedad que padezco.

6 Ya que escucho a los judíos ridiculizarte, e intentando hacerte daño.

7 Mi ciudad es realmente pequeña, pero bonita, y lo suficientemente grande para ambos.

CAP. II.

La respuesta de Jesús a través de Ananías el sirviente para Abgarón el rey, 3 negándose a visitar Edessa.

ABGARÓN, tú eres afortunado, por que has creído en mi, a quien no has visto.

2 Porque está escrito respecto a mí, que aquellos que me han visto no creerán en mi, y que aquellos que no me han visto creerán y vivirán.

3 Por lo que respecta a esa parte de tu carta, relacionada con mi posible visita a ti, debo informarte, de que debo cumplir todos los fines de mi misión en este país, y después de eso ser recibido de nuevo arriba por aquel que me envió.

4 Pero después de mi ascensión enviaré a uno de mis discípulos, que te curará de tu enfermedad, y te dará la vida a ti y a todos aquellos que están contigo.

Notas a las EPÍSTOLAS de JESUCRISTO y ABGARÓN REY de EDESSA.

1 L. I. c. 13.

1 comentario:

  1. Adorar a Cristo es lo mejor que pasó en mi vida, para así ordenar todas mis acciones, enseñarle a mis bebés a rezar y acercarse a éste camino es lo mejor que puedo hacer.

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